Análisis de la gestión minera en la Provincia de Salta
El norte argentino representa un gran potencial en el desarrollo de la industria minera, pero la cruda realidad es la falta de una política coordinada entre el sector público y el sector privado, con reglas de juego que cambian con el gobierno de turno y un atraso significativo en la promoción de esta industria como una actividad económica de prioridad, a esto le sumamos que existe un atraso en la oferta de inversión extranjera, un componente más que daña seriamente a la competitividad del sector minero.
Ahora para desmenuzar este caso
vamos a analizar puntualmente a la Provincia de Salta y él porque de su
fracaso de consolidar esta actividad tan importante para el crecimiento
económico, a pesar que concentra uno de los minerales más codiciados del
siglo XXI como lo es el litio, la provincia de salta sigue figurando
por debajo de las provincias de Jujuy y Catamarca en cuanto a niveles de
competitividad, extracción e inversiones privadas tanto internacionales
como de capitales locales. La economía mundial y la mayoría de los
productos que usamos en la vida cotidiana provienen de la actividad
minera, desde medicamentos hasta los más modernos celulares y sus nuevas
baterías de larga duración, incluso para remontarnos en la historia el
ser humano ha dependido de esta actividad desde la edad del bronce, sin
duda la civilización tal cual la conocemos hoy en día no sería posible
sin que esta actividad se hubiere desarrollado a lo largo de los siglos
hasta nuestros días.
Pero lamentablemente hoy en día existe un
oportunismo político con un sesgo ideológico bastante marcado que genera
una especie de preocupación colectiva por el deterioro del ambiente,
incluso a veces sin argumentos o estudios científicos lo suficientemente
sólidos que demuestren la veracidad de tales argumentos, convirtiendo a
la actividad minera en una actividad malévola que solo busca maximizar
ganancias y destruir nuestro planeta. ¿Pero? ¿cuánto de estos argumentos
son ciertos? En el caso particular de la provincia de Salta durante
mucho tiempo no existió una política de desarrollo y promoción de esta
industria, no por presión de algunos grupos o activistas ambientales,
sino por una falta de gestión a nivel provincial en cuanto al desarrollo
de dicha actividad económica en todo su potencial, lo que termino
ocasionando una baja tasa de inversión extranjera, poca productividad y
un problema enorme en cuanto al desarrollo del capital humano porque
simplemente es difícil conseguir la suficiente mano de obra calificada
para que el sector pueda volverse competitivo frente a las demás
provincias vecinas.
Una enorme fuente de empleo
En
el suelo y el subsuelo de Salta abundan yacimientos de cobre, oro,
molibdeno y litio (minerales estrella en la vida moderna) plata, uranio y
azufre, además de los tradicionales boratos, sales, perlita y ónix. Son
fortunas que valen miles de millones de dólares y que atraerán
inversiones, también, por miles de millones. La minería salteña está en
condiciones de generar diez mil puestos de trabajo en las minas, en
blanco y con medicina prepaga, y unos 70 mil puestos indirectos, como
efecto de multiplicación. Pero a pesar de este enorme potencial no solo
para salta sino para varias provincias del norte argentino, algunas por
un temor infundado y falta de conocimientos vitales para entender el
funcionamiento de la actividad minera han llevado a que muchas
provincias y municipios sancionen leyes y ordenanzas que restrinjan la
minería. Es inexplicable, porque el mundo del siglo XXI no existiría sin
minería.
Podemos sin lugar a dudas generar una política pública adecuada hoy en día en lo referente a la actividad minera solo se necesita un compromiso tanto de los gobiernos, como de la sociedad en su conjunto sin dejar afuera obviamente a las empresas y las organizaciones de la sociedad civil, desde generar espacios de encuentro, debates y planificación a largo plazo, que ayude a la cooperación que destrabe la mayoría de los prejuicios que lamentablemente existen en la materia, pero esto no acaba ahí también se necesita de un compromiso de la comunidad científica frente a este tema y más aún cuando tengan que generar un pronunciamiento de carácter científico sobre esta actividad, por ultimo como sociedad comprometernos a no elaborar criterios propios, sin antes escuchar a las personas que se formaron en el tema, es casi seguro que aplicando criterios objetivos y bien fundamentados cualquier tipo de impacto sean económicos o ambientales podrián evitarse o por lo sumo atenuarse durante el tiempo que así se requiera y usando los parametros de seguridad que son empleados a nivel internacional en esta industria.
JORGE GONZALO FERNÁNDEZ BLANCO
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